La vitamina C es una vitamina antioxidante esencial para la salud corporal y es especialmente importante para mantener una piel sana. Conocida como ácido ascórbico, la vitamina es hidrosoluble (son solubles en agua y el cuerpo no las puede almacenar)
A diferencia de la mayoría de los animales, los humanos no pueden producir su propia vitamina C. Al participar la vitamina C en más de 300 funciones corporales, la vida misma depende de su reposición diaria. Su función prioritaria es el manteniemiento del colágeno, una proteína necesaria para la formación de la piel, los ligamentos, los huesos y dientes, y para el fortalecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos. Además, la vitamina C juega un papel importante en la absorción del hierro, necesaria para la formación de los glóbulos rojos de la sangre. Y actúa en la utilizacíón del ácido fólico, una de las vitaminas del grupo B.
Es notorio que la vitamina C se destruye durante la preparación de alimentos más que cualquier otro nutriente. También es bien sabido que el cuerpo no almacena la Vitamina C y tiende a expulsar las cantidades excedentes.
Aplicaciones: Infecciones, edemas, gripe y resfriado, sinusitis, dolor de oído, dolor de garganta, fumadores. arteriosclerosis, trombosis, hipertensión, estrés físico y mental, sistema inmunológico débil, colesterol elevado y toxicidad hepática.
La vitamina C se encuentra en la mayoría de las frutas y hortalizas, de frutos cítricos, como naranjas, pomelos y sus jugos con el más alto contenido. Incluso las frutas y verduras frescas pueden perder rápidamente su contenido en Vitamina C.
Importante: Los fumadores o personas muy expuestas al tabaco deben tomar más vitamina C que el resto de las personas.
Aunque la información presentada puede servir de orientación, en ningún caso debe ser considerada como prescripción médica o recomendación para ninguna enfermedad. CONSULTE SIEMPRE A SU MÉDICO DE CONFIANZA
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